Por Felipe Gómez.
Nueva asociación de equinoterapia alternativa para niños con discapacidad.
Con más ganas que apoyo económico, Marissa Medina Peraza, Jorge Picazo Blanqueto, Roberto Iturralde Patrón, Jaime Moreno Reyes y Jorge Carlos Pinto Pérez, se enfrentan a la dura tarea de mantener sin recursos estas terapias que tienen un valor real cercano a los 90 pesos por sesión, por lo que buscan el apoyo de benefactores y patrocinadores para continuar con su labor. Esta terapia que combina el movimiento natural y el calor corporal de los equinos para estimular progresos en la conducta y aprendizaje de los infantes con discapacidad, es hoy día una de las opciones más efectivas en el campo de la rehabilitación para estos problemas.
El caballo al trotar manda un impulso de 110 vibraciones por minuto que son distribuidas a todas y cada una de las partes del cuerpo del jinete, distendiendo los músculos del cuerpo.
A pesar de los adelantos de la ciencia, aún no existe máquina alguna creada por el hombre que pueda imitar tal movimiento.
Como ya se apuntó, otro factor que trabaja de manera directa en esta terapia es el calor del equino, por eso en vez de utilizar monturas tradicionales se usan unas mantillas fabricadas en Alemania que permiten el libre flujo del calor hacia el cuerpo de los pacientes reactivando todas sus zonas sensomotoras. Las terapias que duran alrededor de 20 minutos, se complementan además con movimientos de brazos y cambios de postura que permiten trabajar áreas específicas.
Entre las características que un buen caballo debe tener para dar esta terapia, se cuentan trote y galope cómodo, suspendido y espacioso; además no ha de tener protuberancias en el lomo. Actualmente Una esperanza a galope atiende a 80 niños con cuatro caballos, de lunes a viernes de 8:00 a 13:00 horas y de 14:00 a 19:00 horas; el grupo podría atender a un mayor número de niños, son un equipo multidisciplinarlo que incluye psicólogos, terapistas y nutriólogos que se encargan de dar atención integral a cada paciente. Estos jóvenes luchan por conseguir mejoras en la vida de estos pequeños.
Respecto a los niños autistas, Marissa Medina y Jorge Picazo refieren que “para el abordaje de estos alumnos, nos basamos en el principio de la modificación de la conducta, utilizando muchos y diferentes refuerzos extrínsecos; cada alumno presenta una idiosincrasia muy particular en su respuesta a los refuerzos, así, lo que para algunos puede ser positivo, para otros resulta en lo contrario; por eso es indispensable conocer bien al alumno. Hemos podido comprobar que todos los niños encuentran el movimiento del caballo agradable.”
• Beneficios físicos: Mejora el equilibrio, la movilidad y la postura, además regula el tono muscular.
• Beneficios neurológicos: el paciente tiene una espina dorsal más eficiente y las instrucciones que manda al cerebro son de mejor calidad. El movimiento de la pelvis para acompañar la cadencia del caballo, es muy similar al que hacemos al caminar, lo que manda información importante al cerebro para adquirir un adecuado patrón de marcha.
• Beneficios psíquicos: estimula la atención y la concentración. Es fundamental para el aumento de la autoestima y de la seguridad en uno mismo. Tiene un efecto positivo en las funciones de comunicación y de comportamiento. El movimiento del caballo tiene además la gran ventaja de ofrecer una enorme variedad de cadencias, lo que supone la posibilidad, desde el punto de vista terapéutico, de graduar el nivel de sensaciones que el paciente recibe.
Una esperanza a galope, asociación civil.
Directora: Marissa Medina Martín.
Dirección: Lienzo charro Tierra Bonita, carretera Mérida-Progreso, desviación a Dzityá.
Donativos e informes: 9992 39 77 31, 9992 78 36 31, 9995 93 33 18.
Correo electrónico: unaesperanzaagalope@hotmail.com
Todos los donativos son deducibles de impuestos.
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